Microsoft está redefiniendo su estrategia en inteligencia artificial, marcando un giro significativo en su profunda alianza con OpenAI. La compañía, que invirtió miles de millones en la creadora de ChatGPT, busca ahora diversificar sus capacidades y reducir su dependencia de un único proveedor.
Esta recalibración estratégica se debe a varios factores, incluyendo los altos costos asociados al uso de los modelos de OpenAI, la necesidad de mayor control sobre su desarrollo en IA y las dudas generadas tras la breve destitución de Sam Altman, CEO de OpenAI, que evidenció la vulnerabilidad de su inversión.
Como parte de esta nueva hoja de ruta, Microsoft está desarrollando activamente sus propios modelos de inteligencia artificial. Entre ellos destaca **MAI-1**, un potente modelo que busca competir directamente con las creaciones de Google y la propia OpenAI. Además, la compañía está trabajando en modelos más pequeños y eficientes, como la familia **Phi**, para optimizar la velocidad y los costos en productos como Copilot.
La diversificación es otro pilar fundamental de la nueva estrategia. Microsoft ya ha comenzado a integrar y probar en sus productos, como Microsoft 365 Copilot, modelos de IA de otras compañías como Meta, xAI y DeepSeek.
A pesar de esta apertura, la colaboración con OpenAI no ha terminado. Ambas compañías han evolucionado su acuerdo, y Microsoft mantiene derechos exclusivos sobre los modelos de OpenAI para sus productos hasta 2030. De hecho, Microsoft ha integrado GPT-5, el sistema más avanzado de OpenAI hasta la fecha, en varios de sus productos, incluyendo Copilot. Sin embargo, el acuerdo ha perdido parte de su exclusividad, permitiendo a OpenAI buscar otros proveedores de nube como Oracle.
Para sostener esta doble estrategia de desarrollo interno y alianzas diversificadas, Microsoft está realizando una inversión masiva en infraestructura de IA, destinando miles de millones a la construcción de centros de datos de última generación. Con la creación de una nueva división interna, **Core AI**, la compañía busca consolidar sus esfuerzos y acelerar la entrega de sus propias aplicaciones basadas en inteligencia artificial.
Este movimiento estratégico posiciona a Microsoft no solo como un cliente clave de OpenAI, sino como un competidor directo, preparándose para liderar la carrera de la inteligencia artificial con un ecosistema propio y más robusto.
Microsoft recalibra su estrategia en IA: Menos dependencia de OpenAI y apuesta por modelos propios
Microsoft redefine su estrategia en IA, disminuyendo su dependencia de OpenAI, desarrollando modelos propios y diversificando alianzas para liderar el sector.